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entrar es fácil... salir es difícil...
En su tercer día como presidente, Barack Obama firmó órdenes ejecutivas para prohibir la tortura, la clausura definitiva del centro de detención de Guantánamo, el fin de los "centros de detención clandestinos " de la CIA y un proceso de reevaluación de los detenidos bajo sospecha de “terrorismo”, lo que revierte algunas de las medidas y políticas más criticadas a escala mundial impulsadas por el gobierno de George W. Bush.
Obama reafirmó que su gobierno “no continuará con una falsa opción entre nuestra seguridad y nuestros ideales”, frase de su discurso inaugural, y una denuncia directa de la argumentación de su antecesor.
Rodeado de unos 16 generales y almirantes retirados que habían promovido el fin del empleo de técnicas de interrogación consideradas como tortura, así como el cierre del campo de concentración y tortura en Guantánamo, Obama firmó las tres órdenes ejecutivas y estableció un grupo de alto nivel dentro de su gobierno para evaluar cómo proceder a desmantelar las instalaciones y elaborar un plan para el manejo de detenidos en el futuro.
Las órdenes establecen que todo oficial estadunidense se apegue a las reglas del Manual de Campo del Ejército en materia de interrogación, el cual explícitamente prohíbe técnicas que incorporan amenazas, coerción, abuso físico y waterboarding (todas justificadas por Bush, quien rechazó que fueran tortura). Obama dijo que “podemos cumplir con una regla que dice que no torturamos, y aún así obtener la información que necesitamos”.
Más tarde reiteró en otro acto: “puedo decir sin titubear o equivocarme que Estados Unidos no torturará”.
Las órdenes ejecutivas de Obama establecen que a los detenidos por Estados Unidos en conflictos armados se les otorga un “trato seguro, legal y humano” y el “cumplimiento de Estados Unidos de las obligaciones de tratados, incluida la Convención de Ginebra”.
Unos 245 hombres permanecen detenidos en Guantánamo, casi todos de manera indefinida sin acusaciones formales, y privados de los derechos legales que otorga la Constitución. No se sabe cuántos centros de detención secretos tiene la CIA, aunque ahora éstos tendrán que desaparecer bajo las nuevas órdenes.
Agrupaciones de derechos humanos elogiaron estas acciones de Obama, aunque algunos desean que sea más rápido el proceso de clausura de Guantánamo y proponen más medidas para asegurar el respeto a los derechos humanos de los detenidos.
“Durante años el gobierno de Bush afirmó que ‘nosotros no torturamos’, pero aprobó métodos como el waterboarding, la privación de sueño o la exposición al frío de manera prolongada. La orden del presidente Obama contra tales prácticas es un gran paso hacia la restauración de la autoridad moral de Estados Unidos en el mundo”, declaró Jennifer Daskal, abogada para asuntos contra el terrorismo de Human Rights Watch.
Las acciones de Obama hoy “reafirmaron los valores estadunidenses y son un rayo de luz después de ocho años largos y oscuros”, afirmó Anthony Romero, director ejecutivo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) en comentarios al New York Times. A la vez, organizaciones como el Centro por Derechos Constitucionales (CCR) que encabezaron los esfuerzos para otorgar derechos legales a los detenidos y demandar al gobierno por violaciones a las leyes nacionales e internacionales, opinaron que la clausura de Guantánamo y otras instalaciones parecidas debería realizarse lo antes posible y no en el transcurso de un año.
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