Iba a despedirme

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entrar es fácil... salir es difícil...



Si, por eso me he dejado ver
por eso he escrito estos trazos
por eso he salido del incógnito
como sí me hubieran echado de lo más recóndito
cortado en pedazos
dispersos mis tendones
la capa, el féretro / el mito
mis anillos y mis horas hábiles
las he puesto a tu disposición; todos mis dones
tenés también mis alas
mis noches
mis zonas reservadas

soy más fuerte que aquiles
y mas bello que adonis
aquí me quedo
viéndote a través de la niebla
como si viera a través de una pantalla
una película de hitchcock…
y tanto si me voy como si te vas,
yo ya he dejado de estar muerto
mas muero, sigo muriendo
y no termino de morir,
sí sé, que estás sin amor
sí te miro fuera de mis brebajes
¿que vida es esa?
mujer tú estás huérfana
del calor mismo de tu cuerpo
yo antes iba a despedirme
pero ya no soy capaz
ahora me detengo
y te espero...

Mural oscuro

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entrar es fácil... salir es difícil...



Ataúdes de terciopelo que dormitan sobre títeres empapados de sangre. claroscura tinta revelando su inocencia

¿cuantas le conocieron?... ¿cuantas pudieron verle?

Juegos embarrados de ilusiones que tapizan rutilantes demostraciones de un destino tan desatinado como burlón.

¡no en sus manos!... ¡no en sus corazones!

Una oscuridad de incuestionables criaturas que dormitan sobre una lluvia de dolorosos recuerdos. Locos y desalmados. cándidos zapatos que pisan evidencias de temores empijamados

Profundos arrebatos de voces quejumbrosas... hipotéticos consuelos de demonios desgarrados por la luz de la ternura

Estaciones de ángeles que entretejen el tiempo y el espacio con hilos de plata, así lo afirmo porque yo llegué a verlos en sus columpios de luna

El caos siempre marca hiel bajo la cáscara de la dulce piel. Se que ella no se resigna a perder el recuerdo del trigo y sus sueños dorados en espigas de fábulas.

Siempre meando de pie porque el reloj se niega marcar la hora en punto de su muerte. Puto artificio. ignorantes de sus burbujas, Las tenebrosas sombras de sus alas quebradas de par en par colgando de la mano del titiritero

El estampado de los muros iluminados de rojo bermellón, la turbia luz de ese flexo de los sótanos del infierno que yo conocía desde hace tiempo

El ángel se desvanece pero algo existe, impoluto y más sutil que todo, algo se afila y se queda flotando en el aire, algo que se desdobla de la esencia misma

Resuena un temblor de sobresaltos interminables. No es miedo, sino trepidación de ansias por continuar el principio del fin…

La bestia está ciega, ha perdido su laúd y fantasea con una princesa de cabellos marrones y dulce sonrisa… yo soy su ataúd, lleno de muñecos y marionetas cojas, mutiladas, desnudas, degolladas…

Yo soy ella llena de gozo. El instinto que rabia con salvajismo delicioso y reta al Belcebú desenfrenado a volver al origen, a la palestra del primitivo árbol del bien y del mal para poner a prueba la astucia de la luz de hierro contra la luz del esplendor del amor

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En lo oculto de tus deseos

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entrar es fácil, salir es difícil...

Despierta!!
¿no me reconoces?
soy el deseo oculto bajo tu piel
si, y sé que mi voluntad es tu deseo
y tú deseo mi voluntad
Bien. pero tu entre tanto
duerme
que io alimentaré con deseos las burbujas de tu ser
tu corazón es una vasija vacía
que io estoy colmando de ebriedades
y sueños ke corren por mis venas desiertas

cuando me vaya
sé que no podrás aguantar las lagrimas
no podrás vivir sin tus secretos deseos
io tu zorro. El que lame tu dolor
vivo contigo. me sientes latir
mover mi cola plateada
soy tu rebelde esplendor
y apostamos juntos a un silencio
un abrazo… un beso
una mirada

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(a veces hay que poner al amparo de las sombras, aquello  que el hombre no podría soportar)

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